DEMOCRACIA ES RESPONSABILIDAD

 

El que un país llegue a vivir  en democracia, por regla general, no ha sido un camino fácil, más bien todo lo contrario. En ocasiones se ha tenido que pasar por guerras civiles, tiranías, dictaduras y un largo etc. de penurias y calamidades soportadas por las generaciones que nos  precedieron.

 

A veces  ese trayecto no es bien valorado por lo que disfrutando de ese régimen democrático, juegan alegremente con el poniéndolo al borde al abismo con políticas y objetivos cortoplacistas y en general por intereses personales bastante más que espúreos

 

La democracia es un sistema de gobierno que se ha de cuidar y proteger día a día y los guardines y garantes de la misma no son los gobernantes de turno, sino los ciudadanos que con su voto responsable ponen para gestionar el interés públicos a aquellas personas que a su mejor saber y  entender consideran más idóneas y capacitadas.

 

Una sociedad que toleran y aceptan que sus representantes roben o dilapiden el dinero público, que sean corruptos o incumplan las promesas que le hicieron sobre la gestión que iban a realizar es una sociedad que no está preparada para vivir en democracia.

 

Vivir en democracia supone una responsabilidad, pues es el ciudadano el que decide de que manera quiere ser gobernado y administrado por ello ha de vigilar que los poderes públicos actúen de la manera más correcta y adecuada para la convivencia. Cuando se escuchan expresiones como “yo nunca votare a la derecha o jamás votaré a la izquierda” denotan una falta de calidad democrática.

 

Todos somos dueños de nuestro voto y este debería ser ejercido con libertad y no supeditarlo a una ideología sino a un análisis de aquellas opciones políticas que a nuestro entender, mejor gestionan los intereses generales, y los nuestros en particular.

 

No debemos olvidar que los políticos son aquellas personas que ponemos para que administren nuestros impuestos  y regulen nuestro día a día en común. No deberían tener otra finalidad y es por ello la importancia de acertar en la elección pues tienen a través de las leyes y las cargas impositivas una incidencia muy relevante en nuestras vidas.

 

El político debería ser respetuoso en la gestión del dinero púbico, pues este es consecuencia del esfuerzo económico, a través de su trabajo, que la sociedad hace para contribuir a las arcas públicas. De igual manera el ciudadano debe ser coherente con lo que demandamos a los poderes públicos, pues cualquier gasto no es sufragado por el político sino por todo la sociedad, por lo que estas han de ser regidas por coherencia y el pragmatismo.

 

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