ADAPTATE AL FUTURO O TE QUEDAS FUERA

 

Que estamos en el final de una era y en el principio de otra es obvio y el que no quiera verlo se quedará fuera y obsoleto siendo un daño colateral de este incipiente nuevo modelo social, productivo, político, económico, y que abarcará todos los estamentos de nuestro modelo de vida.

 

                Uno de esos cambios se va a producir en la relación empresa/trabajador. Si en algo se ha caracterizado esa relación es en una rigidez inamovible  en base a la defensa de unos derechos adquiridos que los trabajadores no han querido renunciar. Y en la mayoría de los casos nimios y superfluos sobre los que se hacía bandera de intransigencia y era el origen de movilizaciones, huelgas y baja productividad.

 

                Un cambio muy significativo se viene produciendo en los últimos años en la empresa privada, donde las huelgas se han visto reducidas a las llamadas a manifestaciones generales o del sector. De manera muy puntual Pero donde nada parece  haber cambiado es en los estamentos públicos o semipúblicos donde los sindicatos, bajo la seguridad de los puestos de trabajo de los llamados a manifestarse y dado que las pérdidas económicas que origina no se traduce en el deterioro de la empresa, pues las mismas son absorbidas por el dinero público, es decir  por todos,  llaman a esos paros, no siempre con fines de mejoras laborales o económicas sino que disfrazadas en este ropaje se acercan más a la manifestación política contra el gobierno de turno.

 

 

 

                Una empresa, sea pública o privada es un ente vivo que en época de bonanza económica y expansión crece y necesita medios de producción adecuados a la demanda que le hace el mercado o la sociedad, si es pública. Del mismo modo que en momentos de expansión económica o aumento de la demanda hay que  dotarse de los  medios de producción necesarios para hacer frente a la misma y entre ellos está el laboral. En momentos de disminución de ventas tienes que adecuar tu producción a lo que vendes y no seguir empeñado en vender lo que produces, porque tu cuota de mercado se ha reducido.

 

                Empecinarse en que una empresa en perdidas siga manteniendo el mismo número de empleados es abocarla a su cierre, más temprano que tarde. Debemos cambiar el chip y dejar de pensar que las empresas son creadas para generar puestos de trabajos y que una vez ocupados esos puestos los mismos son inamovibles y los condiciones innegociable, pese a que la coyuntura económica sea negativa.

 

Lo importante en momentos de recesión o contracción económica, que son cíclicas, es que el tejido industrial no desaparezca o que la afectación sea en un porcentaje lo más pequeño posible. Porqué? Por que cuando esos años de contracción pase y se vuelva a la senda del crecimiento, si mantenemos nuestro tejido empresarial la contratación laborar volverá a producirse, pero si las empresas han desaparecido, va a resultar más difícil pues habrá que crear y poner en marcha ese tejido industrial para ello, porque no olvidemos que estamos en un mundo globalizado y las empresas de otros países coparan el mercado y cuando lleguemos nosotros nos costara poder captar una cuota de mercado.

 

 

 

El proteger nuestro tejido industrial es tarea de todos, de las administraciones públicas, dejando de verlo como una fuente de recaudación vía impuesto o sanciones, por las propias empresas, adecuándose a los tiempos, innovando y sacando al mercado productos competitivos y de calidad, pero sobre todo por los trabajadores, pues de ellas depende su existir,  presente y  futuro.

 

 

 

                Si a la empresa se la ahoga con impuestos o rigideces normativas que le impiden un desenvolvimiento dinámico. Si los trabajadores ven a su empresa como el enemigo a batir, con huelgas, baja productividad o carencias formativas necesarias para las innovaciones y nuevas tecnologías. De nada servirá el tener la regulación laboral más adelantada de nuestro entorno ni la protección de los derechos de los trabajadores más progresista del mundo mundial. Si no hay empresas que creen empleo de poco servirá todo ello. Adecuémonos todos, administración, empresas y trabajadores a los tiempos que nos toque vivir encada momento, pues el futuro económico mundial que se atisba es de una competitividad feroz donde si no nos quitamos lastres  y nos preparamos como país para afrontar esos nuevos retos, si nos empeñamos en seguir con nuestras luchas domesticas y cainitas nos quedaremos fuera de ese nuevo orden con el consiguiente, entre otros, empobrecimiento  de nuestra sociedad.

 

Comentarios   

 
0 #1 jose miguel 05-02-2016 09:45
Muy buenas reflexiones.
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