EMPLEADOS
Te comento los errores más generalizados que el emprendedor suele cometer en este apartado.
a) Contratar a un familiar, amigo, amiguete o conocido.
b) Ser o hacerse su amigo.
c) Querer que sienta, viva o trabaje en el negocio igual que tú.
d) La tardanza en la toma de decisiones
Suele ocurrir que cuando manifiestas que necesitas contratar a alguien para que trabaje en el negocio aparece el típico familiar o amigo que te dice:
- ¿Por qué no contratas a Pepito? Es buen chico y en estos momentos lo está pasando mal y le puedes echar una mano y ayudarle.
- ¡Pero de mi actividad no sabe!
- Ya.... Pero tú lo pones al día rápidamente.
Si es un familiar cercano te presionará con:
- Antes que dar ese empleo a un desconocido, contrata a tu cuñado, hermano, sobrino, el hijo del vecino, etc.
Vamos a ver. ¿Tú eres una ONG? ¡No! Por lo tanto, empresarialmente, no tienes que ayudar a nadie. Si la persona que te recomiendan tiene como único mérito ser buen chico, pues muy bien, alégrate por él, pero tú no necesitas una buena persona, necesitas un profesional lo más cualificado posible, con la experiencia adecuada al puesto de trabajo que va a desempeñar. Que te ayude en la evolución de tu negocio y que, con unos ligeros matices a tus necesidades, empiece a desempeñar su labor de manera rápida y con la seguridad del que sabe lo que tiene que hacer.
No olvides nunca que lo que necesitas es cubrir puestos de trabajo. Y debe darte igual quién los ocupe. Sólo debes exigir que conozca la labor a desempeñar y que lo haga bien.
Piensa que el tiempo que vas perder enseñando a alguien que quizás no aprenda o tarde en hacerlo es tiempo que no dedicas a otras actividades, sin contar con que si esta buena persona no responde adecuadamente y tienes que despedirla, ahí puede empezar un calvario para ti pues tienes que dar explicaciones a esos familiares o amigos y generalmente, no sé por qué, el malo siempre eres tú. Y en el caso de que sea un familiar muy cercano se puede producir un deterioro fuerte en las relaciones familiares.
Por lo tanto, a no ser que su formación profesional sea la que tú necesitas, evita contratar a familiares y amigos. Y aun así, yo lo evitaría, pues la vida laboral es muy larga y nunca se sabe cómo va a evolucionar tu negocio.
Si no es aconsejable contratar a familiares o amigos no cualificados para un puesto, lo mismo te digo una vez contratada esa persona para desarrollar la actividad del puesto: no permitas de ella el compadreo, el tuteo, las bromas, las cañas habituales en el bar y demás actitudes de este tipo.
Verás. un puesto de trabajo, por sí mismo, es digno de respeto y por tanto la relación entre el que lo ofrece y el que lo ocupa debe ser de máximo respeto.
Es aconsejable, por no decir casi obligatorio, que el trato sea de usted, en vez de tú.
Cuando comento esto hay quienes dicen que con el tratamiento de tú se tiene el mismo respeto que con el de usted. Sí, es posible y así puede ser, pero si como jefe te diriges y tratas a tus empleados de usted, les estas otorgando y haciendo ver el respeto que te merecen. Aunque sean más jóvenes. La experiencia dice que el tratamiento respetoso hacia el personal a tu cargo evita malos entendidos y no da pie a ciertas confianzas que en modo alguno son positivas.
Un empleado no es un amigo. Los amigos los tienes en tu vida privada.
Evita hacerte partícipe e involucrarte en exceso en su problemática personal. Sus problemas personales son eso, problemas personales, y debe solucionarlos en su entorno familiar o el de sus amistades, nunca a través de la empresa o de ti. Eso no quiere decir que en casos puntuales en los que puedas ayudar a solucionar temas graves no lo hagas. Todo lo contrario. Debes estar ahí siempre que alguno de tus colaboradores necesite algo importante. Pero una cosa es algo importante y otra las confidencias, chismes, sus agobios económicos o cotorreos de su familia o amistades.
Él es una persona que desarrolla su actividad profesional para ti y en tu negocio. Pero el negocio es tuyo. Las inquietudes e incertidumbres que genera te las tienes que tragar tú. No son de él. No es su problemática. Su problemática es otra. Es la de trabajar y desempeñar su labor poniendo los mejores conocimientos y predisposición en ello. Pero como te decía, la problemática del negocio es tuya. No le pidas que se involucre en ella. No lo podrá hacer aunque lo intente y en ningún caso es positivo.
Nunca, nunca eches broncas generalizadas a todos los trabajadores. No sirven de nada. Bueno, sólo para minusvalorarte ante ellos. Si tienes que decir algo a algún trabajador hazlo en tu despacho. Primero escucha sus motivos, valóralos, y después hazle ver cuál es tu opinión sobre el tema argumentando tus razonamientos y con las pruebas pertinentes si fuera preciso. Y finalmente dile cuál es tu decisión al respecto.
Al igual que estamos hablando de contratar también puede producirse la situación de tener que prescindir de personal, es decir, despedir empleados.
He conocido y conozco a pequeños empresarios que ante una disminución de ventas y, por lo tanto, de nivel productivo no han sabido tomar las decisiones adecuadas al momento.
Sus ventas han disminuido y siguen bajando por una crisis generalizada, porque su sector pasa por un momento de remodelación tecnológica, etc. y han prolongado la agonía de su negocio a la espera de que la situación cambie, con la esperanza de que esto no puede durar mucho más y un conjunto de ilusiones y esperanzas que nada tienen que ver con la realidad actual ni con el futuro. Viven engañándose a sí mismos. Diciéndose:
- Parece que este mes va mejor. Creo que esta mala racha está pasando. Etc.
Pero la realidad es que ni la situación mejora y sus gastos llevan ya demasiado tiempo siendo mayores que sus ingresos.
Los negocios y empresas, no son entes muertos. Están vivos, en constante evolución y modificación en la que intervienen muy diferentes factores: la economía global en crecimiento, tu sector en mayor o menor expansión, el posicionamiento de tu negocio dentro del mercado, etc. Por ello tu actividad debe ser viva y adecuada a todos los factores expresados anteriormente y, al igual que debes tener una maquinaria conforme a tu nivel de producción, debes tener un personal proporcionado. Si en un momento determinado tienes que reducir plantilla, ...pues debes hacerlo.
Tu negocio o empresa es como una barca que navega por el mar. Si para salvarla en momentos de tormenta has de aligerar el peso que soporta, tienes que hacerlo, porque de esa manera, cuando la tormenta pase y vuelva a reinar la calma, podrás recoger del mar la carga que arrojaste. Pero si la barca se hunde en el temporal no podrás ni seguir navegando ni recoger lo que dejaste en el mar.
Un error muy generalizado es permitir que porque tu empresa es pequeña, se convierta en una empresa familiar.
- «Se vive un ambiente familiar».
-¡No! La empresa familiar es aquélla en la que los miembros que trabajan o la dirigen son familiares directos o indirectos. No. No. Tu negocio no es familiar. Tu negocio es tuyo. Y que el ambiente en que se desarrolla el trabajo sea cordial y participativo no la convierte en una empresa familiar. Ni mucho menos.
Más de un pequeño empresario ha quebrado porque no se atrevió en su momento a despedir a parte del personal alegando muy variadas y emotivas razones:
- Lleva muchos años conmigo.
- Está recién casado.
- Se acaba de comprar un piso con hipoteca.
- Tiene dos, tres o cuatro hijos.
- ¿Dónde va a ir con la edad que tiene?
Y un largo etcétera que casi siempre, como ves, son motivos emocionales y no empresariales.
Cuando las cosas van mal tu peor enemigo es el tiempo. Este corre en tu contra pues tus ingresos son inferiores a tus gastos, lo que está haciendo que te quedes sin liquidez y, en el peor de los casos, sostener el negocio con tu dinero personal.
Después de un tiempo en esta situación llegara el momento en que no puedas pagar las nóminas, los seguros sociales, proveedores, impuestos, gastos de luz, teléfono, etc. y entonces no te quedará más remedio que despedir de manera forzada y, como te has quedado sin liquidez, no podrás hacer frente a las indemnizaciones y vendrán los embargos, las ejecuciones, etc.
- ¿Y todo por qué? Por no haber tomado las decisiones adecuadas, dolorosas pero necesarias para mantener el negocio a flote. Porque han prevalecido en ti las emociones sobre la objetividad profesional.
A lo largo de tu vida laboral y profesional, en el desarrollo evolutivo de tu negocio, te verás en la necesidad de crear puestos de trabajo y también en la de amortizarlos. No dudes en hacer ambas cosas. Como te decía, tu negocio es un ente vivo que debes mantener en constante adecuación a los momentos por los que atraviese.
Como veíamos en el caso de la adquisición de maquinaria, que debe ser comprada cuando ya tengas clientes para ella, un puesto de trabajo sólo debe ser creado cuando tu volumen de negocio así lo aconseje, lo haga rentable y mejore tu producción o la calidad del servicio. Y del mismo modo debe ser eliminado cuando no sea así.
Tú creas o eliminas puestos de trabajo en base a la evolución de tu negocio. Si no los vinculas con las personas que lo ocupan te irá mejor, tanto en los tiempos de expansión como en los de recoger velas.