PROTÉGETE
A lo largo de tu vida laboral y profesional la actividad de tu negocio te hará pasar por muchos momentos de felicidad y satisfacción pero también de inquietudes, de miedos y de dudas.
En una economía global como en la que vivimos todo evoluciona muy rápidamente, todo cambia a una velocidad vertiginosa, la tecnología se supera a sí misma a cada instante. Y tú, quieras o no, estás metido en esa vorágine.
Hay elementos y parámetros que no puedes controlar, incluso a veces ni predecir, pero que se producen y pueden hacer que tu negocio se quede obsoleto porque te impiden adquirir o tener acceso a las nuevas tecnologías que se han puesto en el mercado y tengas que reiniciarte. Casi empezar de cero para adecuarte a los nuevos tiempos.
Esto suele obligar a un esfuerzo financiero importante que en tu caso deberías poder realizar. ¿Cómo?
Pues asignando una cantidad como gasto fijo dentro de tu negocio, la que estimes oportuna e idónea, para la creación de un fondo que puedes llamar El Fondo de Por Si Acaso.
Destina todos los meses un importe, aunque sea pequeño, a ese fin y, pase lo que pase, no lo toques. No lo utilices nunca para pagar a proveedores ni para compra de maquinaria ni para salarios. Déjalo ahí por si acaso las cosas van mal, por si tienes que empezar de nuevo. Esto te permitirá disponer de un capital para volver a comenzar una nueva andadura. No lo uses. Es tu garantía de futuro. Nadie sabe lo que puede ocurrir. El nuevo horizonte no se ve igual si estás en la base de escalera o si lo miras, aunque sólo sea, desde el primer rellano.
Ya sabes el refrán: No es bueno tener todos los huevos en la misma cesta.
Emocional y psicológicamente, contar con ese dinero puede evitarte abatimientos, depresiones, etc.
Esto en cuanto al tema financiero. En otro orden de cosas podríamos hablar, por ejemplo, de la formación. La adecuación constante a las innovaciones que se producen en tu sector te tiene que llevar a estar a la última en el conocimiento de los nuevos avances, de las nuevas tecnologías y de la situación de la competencia. Debes adecuarte a ellos, dotar a tu negocio de esa tecnología punta para ser y seguir siendo competitivo y no quedarte fuera de mercado.
La formación constante la puedes adquirir a través de revistas especializadas, ferias del sector, organizaciones profesionales o foros, pero quien más te puede informar de por dónde va tu mercado son los proveedores. Por eso es tan importante la buena relación con ellos. Los proveedores te pueden poner al corriente de las nuevas tendencias, de los nuevos productos de fabricación -intentarán vendértelos- y de si la evolución del sector es buena o mala.
Escucha y aprende a escuchar. Es importante para ti. No seas de los que piensan que el que más sabe de tu actividad eres tú. No des clases magistrales que no te han pedido. No hables para escucharte a ti mismo. Aunque conozcas bien tu sector piensa que siempre habrá gente que lo conoce mejor que tú. Sé inteligente, adquiere sus conocimientos y si son válidos, aplícalos y si no, deséchalos, pero siempre, valóralos.
Es más inteligente escuchar a los demás (evita a los que hablan sentando cátedra o como dogma de fe), aprende de sus experiencias, de qué errores han cometido, de qué aciertos les han hecho progresar, de cómo han logrado mejorar la producción, qué tecnología utilizan, de cuál es su política de ventas... que hablar tú constantemente para oír lo que ya sabes. Sé humilde, aprende de los demás. Es positivo y sobre todo muy barato.
Recuerda: Es preferible ser inteligente y pasar por idiota que ser idiota e intentar pasar por inteligente
Cada vez son más los pequeños y medianos empresarios que acuden a un mentor.
Un mentor es una persona con experiencia en el mundo profesional o de los negocios que te orientará sobre tu problemática empresarial y al que podrás acudir en los momentos difíciles que a buen seguro atravesarás, que escuchará tus miedos, inquietudes e incertidumbres. Esto es muy valioso porque mitigará tu sensación de soledad. Es alguien a quien podrás contar lo que te preocupa, esas cosas de las que no puedes hablar con tus amigos ni tu familia porque no te entenderían ni sabrían darte respuesta. Pero él sí. Él sabe lo que te ocurre y el momento por el que estás pasando por la sencilla razón de que muy probablemente él estuvo en la misma situación. Podrá aconsejarte. Querrá aconsejarte. Porque su mayor ilusión es que tú triunfes, porque tu triunfo es en parte el suyo.
Si la evolución de tu negocio va de acuerdo a lo previsto es prudente empezar a mirar otras opciones, iniciar otra actividad o participar en alguna que ya esté en marcha. Esto te permite estar en dos sectores y si uno, por lo que sea, va mal, puedes centrarte en el otro. Y si los dos se desarrollan positivamente, pues muchísimo mejor.
Esto no significa que abandones tu proyecto inicial, ni mucho menos. Sólo quiero animarte a que si te es posible diversifiques tus riesgos. Eso significa trabajar más. Nadie dijo que ser emprendedor, desarrollar un proyecto y vivir una ilusión fuera fácil. Se necesita esfuerzo, trabajo, tenacidad, coherencia, cabeza amueblada y un largo etcétera. Pero descubrirás que merece la pena trabajar para ti mismo, ser tu propio jefe. Donde los límites los pones tú.